Muchas veces he escuchado esa frase tan manida que dice "Tenemos lo que nos merecemos."
A menudo he estado de acuerdo en ello, ya que, como se puede constatar a la vista de los no tan recientes resultados electorales los que han manipulado, robado y legislado en su propio beneficio siguen aglutinando mayorías vergonzosas de apoyos populares, y por tanto, se llenan la boca invocando su legitimidad y reclamando su derecho a ocupar unos sillones que, lejos de significar para ellos la representación popular, pasan a ser meros instrumentos que les proporcionan el poder económico que les permite vivir en una burbuja que nada tiene que ver con la realidad.
Ahora, si bien es cierta esta primera reflexión, igual de cierto es que los ciudadanos, en su gran sapiencia, han detectado quizás que no es bueno que un partido político, sea el que sea, gobierne con mayoría absoluta o lo que es peor, en algunos casos absolutista.
En definitiva, se me ocurre pensar que los resultados electorales son el reflejo de una sociedad marcada por la indecisión que supone tener que tomar la iniciativa a la hora de cambiar un gobierno apelando a la lamentable técnica de quedarse con el mejor de los males.
Tenemos lo que nos merecemos? Rotundamente, creo que no.
Hemos decidido que en virtud de los apoyos conseguidos por cada cual, tiene que haber un acuerdo multilateral entre los que se postulan a gobernar, y ello requiere que se tenga en cuenta, sobre todo, el buen común de una sociedad que padece apuros y miserias lejos de la confortable seguridad de una sociedad panameña.
El problema es que, la baja calidad de nuestros políticos (en general) y la falta de interés palmaria por la resolución de los problemas terrenales, que pueden parecer nimios vistos desde el Olimpo caribeño hacen que lleguemos a sentirnos completamente solos en un mar de problemas.
Mientras tanto, el espectáculo sigue, el mundo se descojona de los españolitos que, creyendo hacer lo mejor, han caído en la trama corrupta de unos señores que hace tiempo que no son españoles, ya que su nacionalidad la dicta la situación geográfica de su dinero robado.
Creo que ya va siendo hora de una revolución de las de verdad.