Cada dia llego al puerto y me encuentro con personas que, dejando en su cama a sus esposas, maridos e hijos inician su dia, su jornada laboral, con la intencion de poner un plato de comida en la mesa.
Personas, muchas de ellas, sabias en edad y conocimientos que no entienden de crisis, ni de porcentajes, ni de rescates economicos, solo de frio, sudor, sueño....trabajo.
Cada dia los marineros amarran sus barcos al muelle para descargar sus esperanzas, no importa si llueve o vienta, llenos de salitre con el pelo aspero y las manos corteadas, el paraguas no existe bajo su lluvia y el barco y la ganancia nunca son suficientemente grandes cuando el viento arrecia.
Cada dia en el muelle esperan las pescantinas, que intentan acordar el mejor precio de compra, su jornada empieza temprano y casi siempre acaba muy tarde, las horas de sueño son escasas y las de familia casi inexistentes.
Motor de la ciudad, centro de mercaderes y negociantes, el puerto de Vigo como todos los de España empieza a funcionar cada dia, cuando el politico se arropa entre sabanas de seda completamente desconectado de sus votantes de trabajo nocturno y del que solo se acuerdan una vez cada cuatro años para la foto electoral de turno.
Cada dia admiro a las gentes del puerto que convierten crisis en esperanza, y por la contra asqueo mas al que convierte esa esperanza en porcentaje.
Dedicado con cariño a la gente del Puerto de Vigo.
Angel Iglesias
Mola tu blog, y este artículo está muy bien, pero que muy bien.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias Reynold, me alegro de que te guste.
ResponderEliminarUn saludo cordial.